viernes, 23 de marzo de 2012

Sobre la condición femenina

A veces una mujer es la peor enemiga de otra. O un gay, los gays también son de traca. Los peores comentarios que he oído en estos dos días sobre el sublime nuevo vídeo de Madonna (qué ganas de tener una tele grande y verlo en fullscreen) y los nuevos pechos de Alaska han venido de mujeres y de gays. Claro, que probablemente yo sea el único heterosexual que sigue sus carreras junto con Mario Vaquerizo. Claro, quer ésta estadística la hago yo y digo que la familia no cuenta, así que estadísticamente soy el único.

Expondré los hechos a los que me estoy refiriendo escalonadamente, es decir, primero uno y luego el otro: 

1. Madonna en su vídeo demuestra la grandeza de ser mujer. Recordemos que además de empresaria, cantante, actriz y bailarina, Madonna tiene tres niños y tres niños son un trabajazo. Madonna es, fundamentalmente, una mujer trabajadora con cincuenta y cuatro años y un cuerpazo. No lo olvidemos, que aún está reciente la celebración del día conmemorativo. Y respecto al vídeo, que es lo que cuenta, a los que les jode: no sé cómo no han podido percibir la vuelta de tuerca en lo que a ritmo, cuerpo de baile, color e indumentaria se refiere.



2. Las mujeres y los gays critican a Alaska por haberse puesto pecho en su reality. Si tuviera que elegir entre una y otra, pese a que a Madonna le van los de mi edad (más carnosos eso sí, yo estoy escurrió), sin dudarlo un milisegundo me quedaría con Alaska. Mi prototipo de mujer perfecta es ella: con carnes turgentes y espumosas, pechos inmensos en los que apoyar la cabeza y que te abrace, en los que hundirse como si fuera la estanquera de Amarcord y pasar la noche salivando. Lo mejor que tiene Alaska es su empeño por buscar la hermosura, que es lo más legítimo que puede lograr el ser humano. Debería ser incluso una obligación, vamos. Lo peor: que la MTV tiene capado el programa en London y aquí no puede verse, no sé por qué. Ya me dirás tú lo que los ingleses van a desvivirse y enterarse del reality de Alaska y Mario.


miércoles, 21 de marzo de 2012

Podría resumirse con una sola frase, pero voy a enrollarme


La cosa, como las grandes historias, las grandes novelas y los grandes novelones, podría resumirse en una frase: vi el zapato volar sobre mí y me decidí a cambiar de vida. Bueno, sí, sé que son dos frases, dos oraciones simples coordinadas por una conjunción copulativa, y, pero quedemos en que es sólo una. Yo, no es por presumir, pero siempre he sido de sacar sobresalientes en Lengua y Literatura. Hasta el más reciente inmigrante sin papeles llegado a mi pueblo, Pozo Alcón (provincia de Jaén), lo sabe.

Aunque a lo que iba, que me pierdo…

El miércoles pasado pasará a los anales de mi biografía como el punto súper álgido que puede resumirse en una sola frase. Si alguna vez hacen mi biopic sobre mi vida se verá claramente que el comienzo de mi madurez y adultez empezó ahí, aunque yo siempre haya sido bastante maduro para mi edad, tal y como dice mi tía abuela Modesta. El miércoles pasado fue, como bien sabéis, el del aluvión, el de la frase, en el que intuí firmemente la envidia que en España despierta la clase, la transgresión y el buen gusto. El jueves fue cuando ya lo supe completamente, cuando mis carnes lo asumieron, cuando los poros de mi cuerpo chuparon esta verdad.

Como os estaréis imaginándo, lo único que yo quería hacer ese día era meterme bajo una piedra y no salir. Pero como no podía, me puse los cascos a súper todísima hostia y canté alrededor de unas cuarenta y siete veces  seguidas y a grito peláo y sin poderme oír la última de Madonna. Cuando ya notaba mi piel más tersa de haberme purgado el estrés, me puse una camiseta nueva que me acabo de hacer (y que, ¡putadón!, me dejé en Madrid) con el cartel de la última campaña de Pé (yo soy muy de Pé, que lo sepáis, y ahora mucho más: los dos somos almas incomprendidas en nuestra patria) y me cogí el bolso de Loewe con el que remuneraron mi aportación a la historia de la publicidad en mi país. Si alguna vez estáis de bajón, os recomiendo que os compréis un buen bolso de piel. Es lo mejor. Incluso teniendo que entramparos con un amigo o pedir dinero en el metro disfrazado/a de rumano/a con dientes de oro. No hay nada como el tacto de la piel en la mano, su tersura y su olor para saber que la vida merece la pena.

Bajábamos mi bolso y yo por Fuencarral calle, que no pueblo; miraba al frente, ensimismado y canturreando por cincuentonovena vez a la Ciccone cuando una sombra rápida me sobrevoló. Fue tan rapidísima que yo, fijáos mi inocencia, imaginé que era Batman. No me faltaron ni tres segundos para salir de mi error porque el zapato chocó contra la pared y cayó al suelo. Me giré a la derecha y los vi allí, señalándome con el dedo, gritándome y riéndose. Fue en ese momento cuando decidí que me merecía otra cosa y que tenía que huir de un país como España. Ése es el momento que se podría resumir con una sola frase, pero ¿dónde coño se ha leído un blog con un post de una sola frase?


domingo, 18 de marzo de 2012

Ya in London already.

El martes iba a ser el día más feliz de mi vida y fue un horror, un horror total. Yo soy uno de esos que pusieron toda la ilusión de mundo en el anuncio de Loewe y de los que se riyó toda España. Probablemente tú también. ¡Hasta en “El País” nos llamaron “pijos”¡ ¡Hasta ahí, en mi periódico de cabecera! ¡Qué asco de país!

Y con el país me refiero al país de tierra, no el periódico, aunque también.

No diré de todos ellos quién soy, por si alguno de mis soles quiere hacer carrera en otro sentido (si alguno me lee: I love you a todos). Pero cá cuál es cá cuál, como dice una amiga de Almería (Mari, I love you too). El martes, apenas sin dormir porque fui a un fiestón en casa de Ágata (Ágata, I love you too) en Arturo Soria, recibí el primer mensaje a las siete de la tarde en mi facebook anterior. “Payaso”, me decía. El segundo fue peor: “Una cosa es ser maricón y otra ser ridículo”. Desde entonces todo ha ido with no stopping, un horror total. Os copio los cinco primeros del top five para hacerse una idea:

1. A mí me sale un hijo así y lo desheredo. #AcampadaLoewe
2. Los #bolsoflautas de #AcampadaLoewe saltan al grito de: "Un bote, dos botes del DIA el que no bote".
3. En #AcampadaLoewe necesitamos más bolsos. Hay gente ahora mismo sin bolsos en la cabeza. RT PLEASE.
4. En #acampadaloewe la policía lanza bolsas de Lidl y productos Hacendado para espantar a los acampados.
5. Las cargas policiales se harán en caballo de Ralph Lauren! #AcampadaLoewe

No quiero recordar más… Se me vino el techo encima, la casa, la vida y el mundo, bajaba a la calle y me señalaban... ¿Por qué? Yo, que sólo hice un anuncio por el que me pagaron con un bolso, esto no se lo deseo a nadie, ni a la mujer de mi primo siquiera. No tuve otra que huir del país, ¿o qué habrías hecho tú? ¿Qué otra alternativa? España es un país envidiosísimo que no acepta el humor ni el glamour y yo, definitivamente, no quiero habitar un país sin humor ni sin glamour. Lo pensé unos días y ayer me vine a London en el primer vuelo que encontré. No tengo amigos ni sé mucho inglés, pero sobreviviré como Mónica Naranjo (I love you, Mónica). No sé ni quién leerá esto pero sí tengo claro que quiero comenzar desde menos cero. Yo, que fui capaz de irme de Pozo Alcón a Madrid a estudiar fashion seré capaz también de esto y de mucho más. Yo, que mojé los pantalones al ver en un pase privé el anuncio y de quien se cachondearon después. Yo, que tanto me criticaron, vengo a London a empezar una nueva vida. Yo, de quien tanto se rieron, llegué el sábado 17 de Marzo de 2012 a London en un vuelo de EasyJet y no me pasó nada malo. Mi bolso de Loewe lo traía de equipaje de mano.